Lipectomía
La lipectomía es un procedimiento a través del cual pueden tensarse los músculos del abdomen medio así como remover el exceso de grasa y piel, para aplanar el abdomen y regresarle la apariencia plana, tersa y juvenil.
Candidatos
Cualquier adulto saludable con pero relativamente normal es un buen candidato para esta cirugía, sobre todo cuando tiene los músculos del abdomen debilitados y con exceso de piel y grasa debido a pérdida de peso o a los embarazos.
No se recomienda a mujeres que tengan planeado embarazarse, por lo cuál lo ideal es que hayan ya optado por un método de control natal quirúrgico permanente.
En caso de que existan hernias, un cirujano general deberá acompañar al paciente durante el procedimiento.
Es importante recalcar que esta cirugía no es un tratamiento ni una cura para la obesidad, y que de ninguna manera sustituyen a una dieta balanceada ni al ejercicio.
Descripción del procedimiento
La lipectomía se practica con anestesia general, o bloqueo epidural, y tiene una duración de entre 3 y 5 horas.
La técnica más común es hacer una incisión en la zona inferior del abdomen, justo encima del pubis, y otra para liberar al ombligo de la piel que lo rodea. Al mismo tiempo, puede realizarse la liposucción en áreas como el pubis y el abdomen.
Después la piel se separa de la pared abdominal y se eleva por encima de las costillas, para poder tensar los músculos mediante suturas permanentes. Luego se tensa la piel que cubre el abdomen, se elimina el exceso y se cierra la herida. Al final se hace un pequeño agujero para recolocar el ombligo.
Cuando la grasa que se desea eliminar está sólo en la parte baja del vientre, es posible realizar una minilipectomía, con una incisión más pequeña asistida por liposucción.
Después de las suturas, se colocan los drenajes para evitar que se acumulen líquidos, así como las gasas y el vendaje elástico para proteger el abdomen.
Riesgos
Las complicaciones de la lipectomía son poco frecuentes. Entre ellas podemos mencionar:
-infección y sangrado
-pérdida de piel
-mala cicatrización.
En todos los casos, los riesgos pueden ser minimizados siguiendo las instrucciones del médico al pie de la letra.
Cuidados pre-operatorios
Para que luzcas abdomen plano y juvenil, se te pedirá que durante al menos diez días antes del procedimiento:
-suspendas el consumo de cigarrillos y alcohol
– evites la aspirina y medicamentos que contengan ácido acetilsalicílico, vitamina E, omega 3, ginseng, gingko biloba
– no ingieras medicamentos herbales, super slim o ajo
-no comas absolutamente nada al menos durante las 6 horas anteriores a la cirugía.
Cuidados post-operatorios
Después de la operación, el paciente debe permanecer en el hospital durante 1 o 2 días, con la cadera doblada para disminuir la tensión en el abdomen.
Los vendajes se sustituyen por una faja que debe ser utilizada por 4 semanas. La primera semana debe guardarse reposo casi absoluto, por lo que al paciente sólo se le permite levantarse para ir al baño o sentarse a la mesa.
El ejercicio excesivo deberá suspenderse durante 3 o 4 meses.
La piel del abdomen puede padecer insensibilidad por algunos meses, pero se recobra en su totalidad. Las cicatrices, sin embargo, son permanentes, aunque serán prácticamente imperceptibles entre 6 y 12 meses después de la cirugía.
